Detección de variantes de COVID-19

2022-05-13 11:48:20

Por: B.E. Andrea Luna Gutiérrez

El nuevo coronavirus, responsable del inicio de la pandemia en diciembre de 2019, es causado por el SARS-CoV-2. Un virus es un agente infeccioso que contiene material genético (ADN o ARN) encapsulado, que si bien, por sí solo no es un gran enemigo, al introducirse en un hospedero, tiene la capacidad de destruir todo a su paso. Los virus utilizan la información de su hospedero además de su maquinaria celular para poder crear miles de copias de sí mismo e infectar al organismo.

Cuando un organismo vivo se encuentra infectado por algún tipo de virus o bacteria, de inmediato células especializadas intentan combatirlo identificando antígenos, que a su vez dan la señal al sistema inmune de crear anticuerpos específicos y defenderse del adversario. Pero… ¿qué pasa cuando el villano viene enmascarado y el cuerpo no puede reconocerlo a simple vista?

Si bien el sistema inmunológico logra crear resistencia al virus después de una infección, al igual que el caballo de Troya, puede volver a atacarlo utilizando una táctica nueva. Está en la naturaleza de un virus mutar, ya que al replicarse millones de veces es normal que se cometa un error y de paso crear una nueva secuencia en su genoma. Por definición, una mutación es el cambio único en el genoma de un virus. Uno o más cambios dentro del mismo genoma, dan origen a una variante. El código genético de estos organismos actúa como un código de barras, al introducirse al cuerpo, lo lee, lo reconoce y se defiende con las instrucciones que creó anteriormente.

A pesar de tratarse de un mismo linaje, ya que comparten el mismo ancestro, estas modificaciones provocan cambios en el código de barras y el cuerpo sea incapaz de reconocerlo. Lo identifica como un enemigo similar, más no es capaz de enfrentarlo como lo hizo anteriormente. Es por eso que debe crear nuevos mecanismos de defensa para poder ganar la batalla una vez más.

De entre las variantes del nuevo coronavirus, podemos destacar a las variantes delta y omicrón, quienes fueron responsables de los picos más críticos de la pandemia. Esto debido a que su transmisión entre personas era mayor, lo que las llevó a ser mucho más contagiosas que las otras variantes. La PCR en tiempo real es una prueba por excelencia para el diagnóstico de Covid-19, si bien el paciente resulta positivo al virus, no necesariamente tiene que salir positivo a alguna variante pues puede tratarse de la cepa original.

Para determinar que apareció una nueva variante, es necesario realizar una secuenciación de genoma del presunto virus. Esto para poder descifrar la combinación de su caja fuerte y así diferenciarlo de las que ya se han estudiado. Como todas comparten una secuencia base, que viene heredada de la secuencia original, al haber una serie de modificaciones en su código se supone que una nueva variante ha surgido. Es entonces, que dicha nueva variante debe mantenerse en vigilancia para poder clasificarla como variante de interés, o en caso de provocar daños más severos a la población, se convertirá en variante de preocupación.

Al igual que otros organismos, el virus va a luchar por sobrevivir a toda costa. Gracias al arduo trabajo de los científicos y la innovación tecnológica, ahora somos capaces de reconocer fácilmente al adversario, yendo dos pasos al frente de batalla y estar preparados si decide atacar.

¡A la carga!

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